24.7.09

Extrañar…nunca se pierde


Recuerdo que el otro día te dije que voltear al pasado es malo, no me creas yo lo hago todo el tiempo, tú lo puedes hacer.

Hace un año, me despedí de la experiencia más intensa y maravillosa de toda mi vida, Valencia. No puedo asegurar porque hoy siento esa nostalgia que tengo escondida hasta en el billete de 50 pesos hecho rollo en mis bolsillos, pero si puedo asegurar lo que me hace recordar esta nostalgia: Recuerdo que en un día como hoy pero hace un año me sentía un poco pasmada, y en esos últimos días por la tierras valencianas más pasmada estaba, me costaba trabajo diferencias entre lo que quería y lo que me merecía, era súper fuerte, mi alma se sentía dividida, pero aunque estaba consciente de que esto terminaba, un libro se cerraba y nuevas páginas blancas se abrían para mi regresar, me dolía un montón cerrar ese momento en mi vida y no por lo que bien sabia que me esperaba, sino por lo que estaba dejando.

Hace un año fue un día en el que había que romper con lo que deja atrás, se escucha tan fácil pero cuesta un huevo. Aunque debo de admitir que cuando deje México para venir a Valencia fue muy fácil romper con todo, no derrame una sola lágrima, solo por mi madre, pero ella me acompaña en cada paso con su ejemplo de lucha constante. Llegar con cero expectativas a tierras españolas, sola sin nadie así como normalmente solemos transitar por la vida, no me sentía mal de llegar tan desprotegida como “el sola y sin expectativas” se escucha. Tengo, tenia y tendré mucha seguridad en todo lo que tengo, mi familia, lo que estudio, lo que se, lo que soy, y confiaba, confió y confiare en lo que puedo llegar a tener. Llegar a Valencia significo tener una nueva historia, en la cual me pude renovar, y no morir en el intento, al contrario me siento tan yo pero tan diferente al mismo tiempo, me libere en muchas formas, me siento más ligera. He conseguido muchas cosas, he encontrado gente increíble que no tiene miedo a darse, personas del mundo, súper interesante, trabajadoras sociales, mi hermano del alma, escritoras, artistas, alemanas, hombres de 6 dedos, danesas, marroquíes, personajes de dos metros, españolas, valencianas (que no es lo mismo), el amor de mi vida, italianos que lloran, mujeres que viajan de Autostop, un hombre que viajo desde la mitad de la África hasta Rusia en bicicleta, musulmanes, machos, judíos, griegos, protestantes, fascistas, una chica moody que no me enseñado mucho pero me ha dejado enseñarle, gente loca, colombianos, extraños, vecinos infartados por una fiesta de piso, parejas felices, holandesas que te demuestran que las rubias son mas listas de lo que parece, o que las únicas rubias entupidas son las norteamericanas, fruteros que te invitan café turco, hombre que te rompen el corazón, tanta gente que ha pasado: unos van y vienen otros se están quedando, personas que me han enseñado el valor de la compañía en el cual puedes hacer cualquier cosa o no hacer nada, y pasar el mejor tiempo del mundo.

Mi primera elección vital fue un proceso difícil, que me obligó a pelear contra aquello que más amaba y amo, para descubrir quién soy, para poder irme tenía que romper con lo que dejaba atrás, para al final encontrar el camino entre la alegría y el dolor que me provoca el regreso a lo que me esperaba. Recordar no es malo, acordarse con nostalgia menos; en tiempos difíciles hace falta voltear atrás para ver, que no se ha perdido tanto como se piensa, no se ha perdido nada, al contrario se ha ganado bastante. Nunca se pierde.

No hay comentarios.: