4.6.10

Ser desatinado...


Equivocarse es de las cosas más fáciles de hacer en este mundo, es como algo que está en nuestro código genético o genoma humano, viene escrito en signo de error. Y aunque error no es regla ni excepción, somos educados para no equivocarnos, aprendemos en todas las instituciones sociales a detestar el traspié y amar a la perfección, por esto mismo equivocarse da miedo, es como el fin del mundo.
¿Por qué errar es el fin del mundo? No se supone que aprendemos de nuestro errores, por eso es necesario equivocarse. Pero aun así da miedo meter la pata, te paraliza, te dan ganas de llorar, y llorar no soluciona nada pero a como ayuda. La importancia de llorar ante esos errores, es porque se convierte en un duelo y un adiós a esa idea de perfección.
Cuando metes las cuatro te dan ganas de sacarte el estomago y deshacer el nudo que tiene, quitarte el corazón para dejar de sentir, ser Dios para poder modificar el tiempo, espacio y el error. Equivocarte te hace repensar, en lo que eres, haces, deberías de estar haciendo. Y siempre sientes que estas equivocado.
Hoy en día, estar con la cabeza en tantos temas sumando el miedo a no hacer mal nada en ningunos de estos, aumenta nuestra probabilidad de error… Justificar porque fallamos, porque no fuimos perfectos, parece ser nuestra última salida. Explicarle a la gente porque fuimos humanos, rayando en lo más pendejo de nuestra especie nos hace latir el corazón tan fuerte ¿Qué cómo podríamos respirar y seguir intentándolo?
La respuesta obvia, y se pone en pasos: creces, aprendes, maduras, continúas. ¿Qué cuando tienes dudas de no estar aprendiendo? ¿Qué cuando dudas incluso de tu capacidad de aprender?
Por eso, si erras o aciertas, y aprendes o no, no debe ser tu vida. Por eso, la importancia de que exista alguien, sea amigo(a), novio(a), hermano(a), papá, mamá, alguien, quien sea que sepa que eres más que eso que haces. Que te abrace y confíe en que tu valor como persona no recae en tu infalibilidad, sino, por el contrario, en tu humanidad. Y que no vea un error ni un fracaso. Que vea el potencial de persona que eres.
Sí, la regamos, nos chingamos, la cagamos, metemos 1, 2, 3 o 4 patas, nos da miedo, aprendemos o no... Hay toda una vida y un sin fin de cosas más por intentar.

No hay comentarios.: