Siempre he sido de la idea de que se debe de luchar por cambiar las cosas que están mal, buscar nuevos muros que derribar y nuevas ideas para sustituir las viejas, pero cambiar por los demás es mentirse a uno mismo. Vivo según mis convicciones, bohemias si les parecen, pero son mías y no pienso renunciar a ellas por nada, ni nadie, aun cuando trato de ver el mundo en diferentes enfoques y perspectivas, a través de otros ojos y en otros lugares. Soy amante de otros lugares, me han dicho que soy una vaga sin rumbo, pero siento que vagar no es un verbo que se realice sin orientación, siempre y cuando se ande en búsqueda de la verdad, mas allá de la tradición, lo que ya está definido y la imagen común. Muy a mi forma prefiero ser una vagabunda, que tal vez cambia de trayectoria e itinerario, pero siempre a pesar del cambio tiene algo que seguir, siempre llevando mis sueños en la maleta que son como mi brújula a la hora que me siento encallada o perdida.
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